jueves, 26 de abril de 2012
Yo... el peor de todos I
He de confesar mi lector, amigo, compañero... esperanza; que no he sido una buena persona del todo. Siendo así que vengo a expiar mis culpas, penas y anhelos nuevamente.
Nunca pude a quedarme a dormir en casa de un amigo cuando niño, mi madre no lo creia bueno, y ahora, sigo son las mismas ganas de que algun amigo me invite a compartir su sueño, el cual nos alcanzaría cuando cayéramos rendidos de haberla pasado bien.
Nunca he besado realmente a una mujer, nunca tuve suerte con ellas, ni la he tenido, por razones tan discordantes y absurdas que no tienen caso repetir. Aún recuerdo sus nombres: Teresa, Verónica, Yuliana, Pamela, Cyntia, Itzel, Atenas... siempre queriendo, nunca obteniendo, y pensando en que sería la calidez de un beso.
Siempre he querido que me regalen rosas o una caja de música, lo primero por mi lado romántico, hubo de hecho una época en mi vida, 16-17 años que me compraba rosas al verlas en la calle, las llevaba y portaba como signo del amor que un día llegaría y me daría una rosa al verme nuevamente. Luego al bailar o exponer mis cuadros, sueño de artista no complacido, divo a fin de cuentas. La caja de música nunca he sabido realmente el porqué, quiza por soñar con la música que irradiaría, sacandola y escuchándola cuando quisiera soñar, o quiza para recordar a ese ser que con tanto amor me la haya obsequiado.
Esto en realidad no es un secreto, ante el mundo me muestro a veces frio, soberbio, implacable y sin miraciones, seguro de si mismo, inquebrantable, siempre (al menos hasta hace unos meses) luchaba por mostrarme siempre integro, últimamente prefiero no ocultar nada, al grado de que ya me han llamado "el chico de mirada triste".
Confieso que a veces me aferro a mi almohada para dormir y que a la fecha, no puedo dormir completamente a obscuras. Siempre hay una vela junto a mi cama, mandandome su suave luz en lo que concibo el sueño. Dormí con un oso de peluche hasta los 17 años, hasta que me lo arrebatarón y nada pudo reemplazarlo nunca.
He esperado junto al telefono, oculadádolo en mi recamara, puesto extensiones y demás... con tal de esperar la llamada de alguien, amigos, amigas... ¿amor?.
Llegue a bailar en puntas hasta que los dedos no aguantarón más y caí al suelo, en un afán de sacar todo lo que tenía dentro, pero que no conseguñia, nunca era ni soy lo bastante bueno. Bailo la muerte del cisne cuando estoy triste, la bailaba para enviarle mi amor al Céfiro que se fue. Me force hasta tomar casi 7 horas seguidas de clase con tal de mejorar un poco. ANte una lesíon llegue a pedir (en secreto para el maestro) a inyectarme un opiaceo agónico para ignorar el dolor de una enfermedad rara. Y así salir a bailar.
Algúna vez firme una despedida con sangre... a una persona que quiso amar y en un ataque de furia me trato con severidad y me dijo que era libre de irme.
Llegué y llego a presionar a mis amigos o conocidos para que me muestren atencion, celos, para recibir cariño... nunca fue una buena forma, ahora lo sé, y espero no recaer en ello nuevamente.
Muchas veces me presiono a un grado martirizante para mejorar las cosas en mi, llegando a veces al sadismo según los ojos de los demás, siempre el miedo de no ser lo suficientemente bueno. Aún hoy, siento que se fue porque no fuí lo suficientemente bueno o no me esforce lo suficiente. Aun cuando no puedo olvidar sus actos y omisiones.
Me pongo a llorar si alguien me deja plantado... sí el hubiera sabido cuanto me angustiaban esos minutos en los que él llegaba tarde, puede que no cambiara nada, pero al menos lo sabría, por eso lo abrazaba muy fuerte cuando hacía aparición. La excepción fue el penúltimo, donde en lugar de ello, me vi, y me dispuse a tener una buena tarde y noche y lo conseguí.
No suelo entregarme al 100 nunca sexualmente. A veces es tanta la sensibilidad que se me despierta cuando el corazon trata de abrirse que siento que romperé a llorar, a veces porquñe me siento culpable de lo que hago, sobre todo cuando recuerdo que por acciones de ese tipo algunas personas se alejaron de mi o las alejé con eso. Porque si me entrego me desnudo, si me desnudo estoy indefenso y estando indefenso podría caer.
Nunca he podido desquitarme con nadie. Cuando algo de alguien me duele, lastima o molesta y quiero el "ojo por ojo" el deseo aunque fuerte se ve frenado por mi cariño hacia esa persona, a veces si aflora, pero normalmente se queda controlado por el "haz el bien a quien lo necesita" y "no guardes rencor".... el problema radica en que llega a pasar que el no olvidarlo cuando sale a veces lo hace de manera afilada.
Me encanta cocinar. Aún cuando realmente siento que no sé hacer nada. Siempre recurro al libro de recetas. Aunque; a decir verdad, tambiés es por juego de sentirme reviviendo viejas recetas, de generacion en generación, descifrando los lenguajes de sabores escondidos en cada platillo, confesiones de amor, demostraciones de afecto, dulzuras, acidez, picor, amargura... sabor. Cocinando me gusta imaginar a quien le cocinaré un día mientras espero su regreso a casa.
Tanto que decir... mea culpa
Yo... el peor de todos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario