miércoles, 4 de abril de 2012

Ven fantasma, sientate



Fantasma, ¿por qué te sorprendes? ¿en verdad esperabas que a cada aparición tuya me atemorizaría? La verdad es que haz sido una compañia constante y aunque dolorosa, interesante. Ven siéntate junto a mi. Contémos las estrellas al borde de mi cama, que por cuarto tengamos esta noche un cielo estrellado.

Que poco me conoces. Es verdad, cualquiera que me vea y no me conozca de años, podría pensar que moriré al arder tanto tiempo. Amigo mio, llevo ardiendo toda mi vida. No hay hoguera (inmoladora, castigo o gloria) que me atemorize, en llamás he vivido siempre, consumiendome a ratos lento, a ratos inclemente.

Enfermo de la sangre, enfermo del corazón, Fantasma de mi amor recuestate, déjame escuchar si aún ahora despues de tanto, 167 días, aún hay un dejo de latir en su corazón. Mejor no, la verdad puede ser fatal sea cual sea, de alegria o dolor. Recuesta la cabeza junto de mi relicario, donde guardo su foto, para al menos así llevarlo en el corazón, para recordarme no amar (¿tanto?), para guardar mis sentimientos. Últimamente uso ese relicario de pañuelo, que mis lágrimas se guarden junto al corazón.

Te entiendo no obstante, ni yo mismo puedo con mis cambios de humor, de animo, de sentir.... que a ratos te maldice, y en otros te regala amor. Cada vez más loco (o talvez más cuerdo) mi cabeza me da vueltas, me maréa, se va de mi y regresa, que de pronto llora sin saber porque, que a veces llora al recordar. A ratos rio a gritos, peleo con enjundia, a ratos yo te olvido.... disculpa mis desequilibrios.

Ven, brinda conmigo.... y vamos a dormir

No hay comentarios:

Publicar un comentario