miércoles, 13 de junio de 2012
Cabellera
Amor mío, ¿Cómo estas?
Aún no obtengo respuesta de tu parte, ¿tan lejano te encuentras que no te es posible escucharme o sentirme? No te preocupes, incendiaré mi corazón para que mi faro aumente en su brillo. Quemaré mi corazón hasta que me veas, mi amor es el combustible y jamás se acaba.
Sabes, ya no me siento tan listo, y eso me gusta. Si bien hay un dejo de tristeza o desilución con ello, no por eso aminoro el paso. Me siento en parte sin mucha presión encima. Sabiendo que las teóricas que tomo no tienen evaluación ni repercusión (para bien y mal) en mi historial académico, las tomo sin el estres o presión de no aprobarlas. Aprendiendo y aprehendiendo con un ritmo seguro pero calmado. Y sabes.... hay tantas cosas que quisiera contarte. Parece ser que debería explotar mi calidad como fotógrafo, tambien qué aún sin ser alumno y sabiendome de oyente nada más, un maestro me pone una atención particular al explicar o comentar algo. De igual modo me voy sintiendo más cómodo con mi apariencia nuevamente, queriendome renovar... como hacerlo sin volver al pasado y dando a nueva dimensión que siento también dentro de mí.
Sabes, es tonto quiza pero quiero hablarte de mi cabello. En él puedes leer muchas cosas. Dado que de niño y hasta la adolescencia mi corte fue el indicado para una escuela pública nunca pude hacer nada más que peinarlo casi a la benito juarez o un corte militar, siempre quise un fleco. Durante la mi estancia en la vocacional lo use algo mas largo, pero sin nada relevante. Empezarón los cambios en mi vida.
El despertar personal, tanto mental, emocional, espiritual y sexual llevarón a querer verme diferente, mejor, bien. Comence a poner más atención en ello, usando los peinados y cortes que me gustaban pero no habia sido posible usar. Pero siempre en ese profundo color negro que lo caracteriza al menos la mayor parte del tiempo ^^. Cuando empecé a adentrarme en mi lado artístico particularmente, comencé a dejarlo crecer, siempre negro, abundante y lacio, siempre caido sobre mi rostro. Su fin tuvo lugar cuando por una enfermedad en la piel tuvierón que cortarlo para aplicar tratamiento. Lloré por mi cabello, por mi piel, por mis planes, por una enfermedad que me ganaba. Ya no lo recordaba, hasta hace poco. Después de eso, siempre corto.
Más tarde, cuando empece a verme ya más a futuro como artista plástico o diseñador gráfico, un mundo de colores flotaba a mi alrededor. Colores, mezclas, matices, tonos, saturaciones... un abanico, un arcoiris de luz. Ya con lentes, ya más tranquilo, un sueño materializandose: entraría a la universidad, quise ser distinto, quise darme luz... "dammi colori! Recondita armonía" . Mi cabello comenzo a tomar color, primero ligeramente, mechas, luces, más tarde mechones completos, para finalmente ser teñido completamente. Rubios de diversas calidades, plateados, castaños, pelirrojo, azul... el color que más me gusto y mejores recuerdos me trae, el color de cuando estoy feliz.
Siempre corto, variandole. Hasta que finalmente, agusto con la escuela, con mi carrera y desempeño, volvió el azul. Nacio Blue Boy, nacio Juan José el diseñador de azul, era todo tan lindo. Y el cabello siempre sano, brillante. No descuidaria lo que para mi era tan significativo. Era azul cuando conocí a Bruno, volvio a serlo cuando conocí a Céfiro (no que por ellos lo tiñera, sino que cuando ellos llegarón estaba así), con el primero dejé de teñirlo por aburrimiento mio, con el segundo fue por no causarle incomodidad en la calle al atraer miradas (decía que sino le gustaba mi cabello era problema suyo, a quien tenía que gustarle era a mi) Volvi al cabello corto y negro.
Lo demás es historia. Cada vez más corto cuando empecé a hacer ejercicio, practicar full contact y retomar ballet. Cuando estuve con él, lo lleve más largo, queriendo verme bien más que estar cómodo ejercitando. Dos días antes de que terminara conmigo lo corte, quería que me viera bonito. Luego, el viento migró. Cuando los días pasaban y debía irme a cortarlo dije que no, mi cabello no sería cortado hasta que él regresará, cuando pudiera al fin arreglar las cosas entre ambos. Milímetro a milimetro crecía sin tener algún cambio. Cuando supe que salía con alguien lo dejé crecer aún más. Cada vez cubriendo más mis ojos, no me veas mundo, no veas cómo me siento, veeme, descíframe, pero sobretodo... abrázame.
Una de pronto indomable melena me cubría, cuando la veía no obstante en semnas recientes decía... "que hermosa eres, cabellera negra, profunda como la noche, espesa como un bosque de carbones, lisa y brillante como seda azabache, marco perfecto de esta orquídea negra". De ella saqué pinceladas con las que trazé algunas ilustraciónes, con las que enfaticé ciertas sensaciones. Cuando lo ví en aquella vez fortuita mi promesa quedo rota "no cortarlo hasta verlo", si bien no fue como hubiera querido, paso, la promesa cumplida. Pero lo dejé crecer, recordando su encanto, y lo bien que me sentía acariciandolo, jugando con él y moldeandolo. Negro y profundo, lacio y brillante.
Ahora, de pronto quisiera cortarlo y volver a empezar. El azul me pide regresar. Pero veo mi negra melena, con la posibilidad de tantas cosas cuando séa más largo, de estilos, de formas, de calidades y texturas... que temo arruinarlo con algo mal realizado. Mi amor esta fijado en mis negros cabellos, la promesa de una espera, que curiosamente también me nublo los ojos. Pero siempre pensé en el amor y sus frutos.
Ahora al ver mi cabello y el cómo llegue a lingüistica aún lo recuerdo, pero ya las dimensiones y valoraciónes de mi melena han cambiado diametralmente. Ahora cuando alguien lo ha acariciado diciendo "me gusta jugar con él y verte a los ojos". Una nueva dimensión se plasma, ya no es la cabellera regalada al amor que se va a la guerra y que crece en la espera a que el vuelva de nuevo, no es tampoco la robada de Berenice, ni de la que depende la fuerza de Sansón*, es la cabellera de una sirena que canta silenciosamente y brota de mi cabeza al igual que tantos pensamientos.
Y juego con ella, me acompaña, me muestra mi fuerza, pasión, espera, amor....Amor, algún día espero pases tus dedos entre ellas, descubras mi rostro si es que algún mechon cae, y me hagas querer irremediablemente ser de color azul.
Cuidate, hay tanto que quiero contarte, pero por hoy ya ha sido suficiente. Espero me encuentres.
CYGNO
*(Mencionando a este personaje es curioso que cuando salía y estaba con Céfiro varias veces le canté, dediqué, susurre y demás el aria de Sansón y Dalila "Mon Cœur S'ouvre à Ta Voix", apelando a su frase "Réponds à ma tendresse" buscaba eso, respondiera a mi ternura. Cuando estando en la UAM Iztapalapa después de tener todo listo para ir ya a clases, mientras me preguntaba si hacía lo correcto al ir, de la nada comencé a escuchar sus acordes, una voz cantándola, la busqué, y viendo eso decidí lanzarme al vacio... a esa nueva experiencia esperando me disculpara y creyera mis razones, nuevamente repito "Réponds à ma tendresse ")
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Si el color. el largo y la simetria de tu cabellera, logran sacarte de tu mutismo, cambia renuevate y sobretodo atrevete hacer feliz.
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