¡No te rindas!

Por favor no te vayas.

De pronto de nada sirve gritarlo, sentirlo, o querer decirlo, cuando algo debe irse simplemente se va. Hace años me dije a mi mismo que el gran golpe de saber que tienes algo crónico-terminal es que la ilusión de que tendrás tiempo desaparece.

Frente a tus ojos mueren los planes de vacaciones, el asistir a las bodas de tus amigos, a sus graduaciones, a ver crecer a tu familia o acompañarlos en su vejez. Todo lo que depende del tiempo queda hecho polvo porque ves que nada es posible si para ese entonces (por la razón que sea) ya no estas.

De pronto ves que debes construir al futuro, pero que el que importa es el presente, el cual finalmente esta tejido de futuros pequeñitos.

Y hoy le digo a un amigo “no te rindas” y en el fondo está un “no me dejes solo” no te dejes morir, no dejes de pelear aun cuando veas que vas perdiendo, no le hagas caso a los médicos que te dan años en lugar de décadas, no le creas a ellos, créeme a mí, créele a la vida y levántate. La muerte llega de manera lastimera a quienes simplemente se quedan a aguardar su arribo, ¡levántate por favor! No esperes a los buitres, déjame llevarte a donde anidan las palomas, no veas el llanto del suelo, contempla la lluvia… no hagas que tu mortaja sea la desesperanza, si hemos de bajar a la tierra que sea satisfechos de haber vivido, no cansados de haber luchado.

Todos morimos diario, simplemente no cobramos conciencia.

Quédate conmigo, no te rindas…

Te regalo mis ojos para que veas al sol del cual me enamoro diario y al que yo ya no sientes. Para que veas a la hermana luna y veas la dulce luna con la que ahuyenta a las pesadillas.

Te regalo mi lengua para que saborees la comida a la que perdiste ya deseos de probar, te regalo mi lengua para qué degustes… y en ella deposito mis canciones, mis poemas, mis palabras. Vamos escúchame, no te rindas.

Si estás cansado apóyate en mis piernas y te hare bailar, recuerda lo hermoso que es moverte, que es vivir, que es sentir…. Si estás cansado no te preocupes, este día yo te cargare. Apóyate en mis brazos… y siente el calor de mi pecho reanimando tu frio pensamiento.

Quisiera partir mi corazón y regalarte un pedazo, darte unos años de mi vida, un poco de pasión por vivir, volver a infundirte esperanza. Te lo dice alguien que ya bailo con la hermana muerte y sé que no es tan mala, no la veas como una derrota, vive y la verás como una recompensa, no te rindas.

Te regalo mis ojos…

La vida es día a día, no le creas a los que te dan unos años, diariamente podemos morir, en un accidente, por descuido, por la mano criminal, por un desastre natural, no pasa nada, simplemente abriste los ojos. Vive cada día, enamórate de nuevo, quédate… vive y si te caes yo te levanto.

El Dios del cielo da tiempo a quien le muestra que sabe aprovecharlo, aun tienes mucho que hacer, mucho amor que dar, mucho que vivir… no te rindas..

Y si cuando te vayas yo aún estoy aquí, quiero recordarte sonriendo, no vencido, y dejarte una rosa con amor y tranquilidad y no una lagrima lamentando tus decisiones.

Te regalo un pedazo de mi vida si con eso reaccionas.

Y si me voy yo primero… quiero que veas que puedes hacerlo con una placida sonrisa. No por esperar el cielo, no por no temerle al infierno, sino porque sepas que has amado tanto que el corazón dijo “ya no puedo dar más”

Te regalo unos días, pero para que los vivas necesitas moverte, así que no desfallezcas.

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