viernes, 20 de mayo de 2011
Calla corazón, no sientas
Usualmente suelo buscar una canción que muestre el cómo me siento al momento de escribir, esta vez en realidad no se me ocurre alguna.
Desde la mañana tengo el deseo enorme de soltarme a llorar.
En realidad siempre tiene que ver esta canción conmigo, “él me está perdiendo”, pero en este caso podría yo preguntarme, ¿quién?
Sé que me quieren, sé que creen en mí, pero ese sentimiento abrumador pesa sobre mi cabeza. Hablan conmigo, pero solo soy parte de una conversación en grupo, me responden algo, pero es solo una respuesta más a las probables dudas del grupo. Sé que me exigen como a cualquier alumno más, pero el dolor es insoportable cuando me dicen “está mal”.
Estuve a punto de llorar en clase cuando me dijo eso el maestro, las lágrimas se conglomeraron en mis ojos, estuve a punto de llorar, y note que nadie se dio cuenta. Y está bien. Cada quien en su círculo de amigos, atendiendo su trabajo, no soy nada más que un alumno más en esa aula.
Me enjugue las lágrimas, guarde compostura y silencio y me trague el llanto. ¿Para qué llorar? ¿Con que fin ir a buscar el consuelo de algún otro compañero o profesor ajeno a ese momento? Dirán el “no pasa nada”, “échale ganas”, pero no pasara nada, la sensación se calmará, pero seguirá ahí hasta la próxima vez que sea confrontada mi debilidad ante el sentimiento de estar equivocado.
No llores, no en público, no causes lastima, no llames la atención, enfrenta desde dentro el terror que se apodera de ti y enfréntalo. Sabes que puedes, que tienes con que enfrentar el reto, con que darle solución, que tienes la capacidad y lo lograras, y no digo que sin esfuerzo, pero no es algo que te resulte arduo, no llores nene, sé que tienes miedo y te sientes abatido pero no pasa nada. Se que no quieres ver su cara de "y ahora que tiene"
Quisiera llamarles, hablarles, decirles que los necesito, pero no le veo caso. Me dirán que mi ego es enorme, que debo satisfacer mis necesidades yo solo, que el mundo es así, que cuando tengan tiempo nos vemos, o el indirecto que están hartos de verme triste y ya solo esperan a que se me pase como a un berrinche de niño.
Juan muestra su cara sin el halo divino con el que se protegía, no vuela, solo camina… y se siente muy raro y solo. ¿Me hará ms fuerte aceptar lo ordinario de mi persona o será sentencia de muerte el quitarme algo que yo tan cuidadosamente reforcé? No soy un artista, profesionalmente no he logrado nada, afectivamente igual, de hecho parece que retrocedo. ¿Cómo sería posible que algo qué en verdad es bueno sea objeto de tantos “reacciona”? Debo estar mal.
Y esa voz en mi cabeza “ellos te están perdiendo” busca un nuevo amor. Pero no, decidí no hablar, quisiera pasar lo que redacto pero dije que no, me ahogare esta vez solo y no pediré socorro.
Solo espero la próxima vez en clase no me duelan los comentarios y no tenga la sensación de soltarme a llorar, el saboteo somático de sentirme enfermo de pronto, mareado, no debo defenderme, porque ya vi que a nadie le interesa un Juan José fatigado, debo ser alguien, debo crecer y ser todo lo que dicen que puedo ser.
No me siento triste, me siento devastado sin saber por qué. No tengo a donde correr, no debo soñar, no debo despegar la cara ni la mirada de la realidad que me dicen que debo ver. Y mi yo temeroso les quisiera gritar “no estaría así si me hubieras abrazado, si me hubieras dicho un te quiero, si me hubieras mostrado que te importaba, ¿por qué no me hiciste sentir seguro? ¿por qué te burlaste de mi miedo y pena? Es tu culpa también” pero otra le pide que guarde silencio, que nadie reconocerá culpas porque puede que ni siquiera le conciernan. Si todos se lavan las manos de mi estado emocional y afectivo, puede que en verdad el que deba finalmente afrontarlo soy yo solo, y dejar de añorar esos deseos de infancia y por fin ponerles un candado. Ellas puede que no tengan la culpa. En realidad no sé.
Sé que hay brazos sinceros que me tiendan los brazos, que me presten un hombro o un oído, pero ayer un amigo me dijo que mi malestar está mucho más allá de lo que alguien pueda darme o brindarme. Mi enojo salió en esa respuesta, en una especie de “¿Cómo lo sabes si tú tampoco das nada, acaso de consta que no funciona?” un día antes alguien más me dijo que mi deseo y angustia rebaso el deseo y ahora es un abismo sin fondo que parece insaciable. Y tal vez sea verdad, tal vez ahora solo sea como Escyla, debo ser feliz con lo que gentilmente me comparten, no anhelar más, ellos supongo dan tanto como pueden o quieren, no puedo ni debo pedirles más. Debo guardar silencio.
“has llegado a un nivele exagerado de querer analizar a todos que te has perdido a ti mismo.. pero creo que cuando los demás te tienen la confianza suficiente y necesaria de acercarse a ti, los haces añicos con tu análisis obsesivo; por qué ni siquiera tu análisis es real, solo es obsesivo, ha llegado a tanto el punto de tu obsesión de ser querido y amado q haz rebasado tu propio sentir y pensar..”
Aun me duele leerlo, pero lo hago para no olvidar, para no olvidar el horrible ser en el que se convirtió el niño que anhelaba algo. Me convertí en un ser maldito. Incapaz de amar, de escuchar, de sentir. Busque en las drogas, el alcohol, el tabaco, el sexo… busque en tantos lugares y no pude apagar mi manía de estar pensando, ya no siento nada, ni placer, y el único sentimiento que tengo ahora es dolor y confusión. No se dejarme llevar, no consigo olvidar, y la sombra del “mañana no estarán aquí, en unas horas ya no serás importante” me sabotea el deseo de disfrutar el momento. Sé que nada es eterno y el sentimiento humano no es inmutable, el tiempo no es eterno, ¿será acaso que dadas mis obsesiones puedo prolongar tanto el instante al grado de no pensar ya en el pase de los segundos ni minutos?
Y quisiera una parte de mi dejarse morir y lastimeramente ir frente a quien dijo esto y decirle “te hice caso y esto paso” pero sé que eso aparte de autodestructivo no tiene caso, finalmente lo tomarían como una muestra más de mi dramatismo e incapacidad de hacer frente a las situaciones que se me presentan.
Y al preguntarme porque no me entienden me viene la respuesta de “porque estas mal, no eres lógico, no estás bien, ¿por qué habrían de hacerlo?” Nadie podrá entrar en mi cabeza, sentir mi pecho, nadie aunque pudiera querría entender el dolor dentro, pero es más sano de su parte alejarse de mí.
Sé que soy fuerte y que venceré, más allá de la duda, del miedo, de la inseguridad estoy con mis cisnes, aquellos a quienes dicen que no existen.
NO debo ansiar nada, no debo desearlo. No obtendré nada pidiéndolo, se me debe dar solo porque quieran dármelo.
Ahora mientras recupero la entereza adoptar el porte gallardo y a maquillar tu rostro con una sonrisa impoluta, con ese porte de seguridad. Y ya aquí, en la seguridad de mi rincón, poder vaciar lo que me concierne,
“No me digas más… ese es tu pensar muy tuyo, y respétalo, no se lo digas a nadie más… ni a mi”
Debe tener razón, no debo abrumar a nadie, No debo hablar, nadie quiere escuchar mi tormenta interna. Todos están ocupados, cansados, agobiados, lo que quieren es algo que los reconforte y entienda, no ser el apoyo de alguien tan inestable.
Guarda silencio corazón, no me hagas tener que cortarme la lengua..
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