Perderme en mi mente
yo jamas lo quiero,
pero obtuso pienso
ya constantemente.
Contra mi cabeza
chocando los hierros ,
que vienen tan fieros
¡singular bruteza!
Hijos de mi psique
paridos con dolo,
que combato solo
al bajar la tarde.
Pensar ya no quiero
en tantas razones,
que forman prisiones
en las que me pierdo.
De tanto que pienso
de sentir me olvido,
me topo afligído
taciturno y tenso.
Pero al sentir mucho
-vil contradimiento-
en todo momento
por pensar yo lucho.
Vuelco ya mis ojos
suplicante al cielo,
buscando el consuelo
postrado en hinojos.
De si mucho siento
o si mucho pienso,
me sienta inofenso
de mi propio aliento
Mi naturaleza,
de contradicciones,
forma sus pasiones,
llena mi cabeza.
Llegue a buen puerto
marinera mente,
y que de mi suerte
me encuentre contento.
Hay algo en el mar que siempre parece eterno, como el hundimiento perpetuo de lo que somos y lo que nunca llegaremos a ser. La mente es también un mar que no terminamos de comprender.
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