jueves, 18 de agosto de 2011

Devanencias de una noche



Han sido momentos extraños desde mi último post. Poniendo al corriente diré que las cosas con Céfiro van mejor, despues de mi desasosiego y hablarlo las cosas se aclararón, un simple mal entendido que no obstante cimbro mi psique.

Días despues (el día de mi anterior post) me lo tope en la fiesta de mis amigos, yo con animo culposo de que me viera ahí, aunque él fue exprofeso para ver si me encontraba sabiendo que ahí estaria, su respuesta hacia mi fue fria, indiferente, carente de ternura, deseo u otra cosa similar. Era obvio la incomodidad de ambos al encontrarnos ahi, temí. En el desasosiego mis temores nuevamente volvierón a brotar mi eterna pregunta "¿quien me querra asi con mi pasado y costumbres?" te fuiste al concluir eso, me sentía triste, abandonado y repudiado, pero decidi esperar a saber que pasaba.

Pinte esa noche un cuadro, uno de los más intímos que he realizado "Guardianes", me senti mejor pero seguía aun a la deriva de que habia pasado entre nosotros, ¿todo seguía igual o se habia fracturado?, o bien, ahora nos esperaba algo mejor. Al día siguiente, uno previo a mi ida a Michoacan.

Igualmente dada la incomodidad del día anterior las cosas no fueron comodas en un inicio, de hecho ni al final aún después de un interludio bastante placentero en nuestra cita. Me dolió que no me acompañaras, en mi enojo abri mi invitación para alguien más, pero esa noche decidí que iria solo, nadie puede reemplazarte, yo queria ir contigo y no me sentiría cómodo de ir con alguien más. Sumado a que me dijiste que tal vez me convendrian unos dias solo.

La pasé muy bien alla, sin contratiemos y disfrutando el corto viaje. A mi regreso te vi. Amore mio, fue un momento genial entre ambos, poder abrirte mis temores sexuales, mis temores intimos, mis bloqueos y fallas. Me senti feliz contigo, de pronto eras tan tierno, tan dulce, de pronto intenso, pero siempre mio, mi Céfiro.

Te quiero y es la verdad, muchos de mis temores y causas de nuestras discusiones, problemas o incomodidades son derivados de mi conducta, pasado y aspéctos relacionados con mi vida sexual. Se que los aceptas, que los entiendes como parte de mi. Que me quieres a pesar de todo ello, que quieres al Cisne en su dimensión total, pude entregarme completamente.

Pero esta noche vuelvo a vacilar, no de lo que te quiero, no de mis inseguridades, no de lo que siento por ti ni de lo que hay entre nosotros. Es una incomodidad propia de no saber como actuar. Cómo conciliar lo que pasa en mi cabeza y mi cuerpo siente, pide y quisiera.

La libertad y confianza que me das me es grata, pero me asusta que hacer con ella (tantas veces son más cómodas las restricciones lastiméras que la libertad que asusta al temer el uso de ella). Bien sabes que mis devenires respecto al líbido me son molestos, más ahora. Antes era solo yo y "podía" con esa incomodidad, unos dias ardiente, otros frígido, unos sobre-exitable, otros sin posibilidad de exitarme. Caro mio, mientras no concilie eso no podre entregarme como yo quisiera, si al 100 pero no integramente cómo un "Yo".

La idea de estar con alguien más en momentos me agrada, en otros me atemoriza, en algunos más me horroriza. Hay cosas que no me dejas hacer, que no veo que te interese que yo haga contigo, y aunque el deseo de hacerlo está en mí, no quisiera llevarla fuera de nosotros, pero tampoco quisíera que solo lo hicieras por complacerme sino lo deseas tú mismo. Aún tengo miedo de volver a sentir que me vigilas (aún cuando sé que solo es imaginación mia, en una conjeturación que salta ante tu de pronto inalterable silencio y tolerancia) que llegarás y me verás con tristeza y desaprovación. Eso me duele. No quiero hacer nada que te lastime ni que me duela a mí después.

De igual forma, siento que violaria nuestra intimidad, aun con tu permiso y tolerancia. ¿Cómo besar a alguien más o demás cosas, cuando de quien extraño los besos y abrazos es de tí? me siento una vestal traidora al pensar siquiera en ello, ¿qué sería si lo cometiera? me sentiría sucio, intocable, incapaz de sentirme cómodo contigo, no merecedor de tu dulce trato y de tu atención. Me dijiste asimismo que conoces tus limitaciones y sabes mis deseos y que me dabas esa libertad porque sabes que a tí es al que quiero.

Estando contigo es tan placentero y dulce, me encanta... pero esa desconexion en mi psíque, cuerpo, más los devenires de mi líbido me causan de pronto bloqueos, incapacidad de reaccionar fisicamente, de dejarme llevar completamente, de entregarme al placer. Irónicamente eso me duele, no poder de pronto sentir el placer carnal que sé que llegué a sentir en manos menos dulces, lo siento es verdad, pero por momentos mi propio cuerpo y mente se cierran. Me duele no poder distrutarte cómo quisiera, y que eso irónicamente sea lo que me lleve a pensar en abrir el tálamo.

Céfiro mio, te quiero tanto... No eres lo que busque nunca y que no obstante estoy feliz de conocer. Pronto hablaré de esto contigo, cada vez me siento con más confianza de comunicarnos, de no temerle, es peor el ser uno mismo quien se crea ideas. Tal vez no sea cómodo, pero todo lo que nos ha sido incómodo hasta ahora, ha hecho que después el Cisne pueda volar a tu lado queriendote cada vez más

Céfiro mio, te quiero.

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