No puedo sacarte de mi cabeza, en realidad no quiero sacarte de ahi. Quiero que estes conmigo, quisiera poder acercarme más a tí, pero, ¿cómo hacerlo?
Tantas veces no te entiendo, me molestas, me enojas, desesperas y causas muchas cosas, pero en cuanto vuelves a ser dulce solo quisiera estar abrazado de tí. De pronto me enojas, quisiera que aceptaras el simple hecho de entrar a msn para hablar conmigo, aún cuando se que no te gusta y prefieres usar el de face. Me molesta eso, pero no te puedo obligar y para ti parece una nimiedad. Algo sin sentido, pero confesaré el porque.
En msn puedo guardar las conversaciónes cuando lo deseo, y de esta forma revivirlas cuando estas lejos. Cuando no se de tí, cuando quiero revivir esa emoción, recordar, cotejar o revivir en mi piel lo que decias. Es la única forma que tengo de apresar las palabras que de otra forma moriran irremediablemente en unos instantes, con la palabras escritas lo oral se vuelve más tangible y sortea de cierta forma lo efímero de las palabras.
Alguna vez me dijiste que solo estás conmigo de paso, solo un momento, no quisiera que eso pasara. Lo dijiste con una seguridad y tranquilidad que no entiendo. ¿No quieres estar conmigo siempre? sé que no es posible decirlo sin caer en la presunción o la ensoñación, pero quisiera que pudieras hacerlo. De pronto siento que te vas, que te alejas, que el hilo de plata entre ambos se estira y casi desgarra, que el frio congela el hilo que amorosamente teji y lo hace estar cercano a romperse, de ser así tendría sentido tu funesta predicción.
Pero estando contigo, no me imagino compartiendo mi vida con alguien más. Céfiro mio, mi buen Bóreas explosivo. Eres de una naturaleza que no entiendo, pero no te cambiaria, es cierto que de pronto quisiera otras cosas, pero te quiero asi. Me esmero diariamente por controlar las cosas que pasan en mi mente, dentro de mi tumultuoso corazón. Por avivar el amor que tengo por tí y no dejar que se extinga, para ello requiero de los recuerdos que tenga y de lo que pueda servirme para ello.
Considero que cuando alguien me dice que el amor se extingue, que la pasión muere, que los amantes se vuelven amigos, que el deseo y atraccion sucumben a la rutina y el paso del tiempo; muchas veces por no ser totalitario, eso ocurre por la falta de renovar los votos, de renovar las razones de amarse, por eso Céfiro mío es que atesoro momentos, recuerdos, caricias, abrazos, besos... y dentro de mi pecho como abeja consagrada, mi corazón los transforma en sagrada leña con la que cada noche y cada instante de vacilación reavivo el fuego sagrado.
Mis sueños, anhelos y deseos de estar contigo se vuelven vestales, los cuales vigilan el fuego sagrado, la llama que no se extinguira mientras tenga material para hacer la leña y mientras yo tampoco la descuide.
Mi dulce bien, ¿algun día seras lo primero que vea al despertar y te contemple antes de ir a dormir? ¿Estaremos mucho tiempo juntos? ¿Podremos querernos más alla de unos años? Yo se que es posible, por eso él "solo estoy de paso" no lo entiendo, todos estamos de paso, todo momento puede que no se prolongue, no se cuanto viviré. No me digas esas cosas, solo regalame el momento que volvere eterno y no dejaré que se desgaste. ¿Acaso no me quisieras lo que nos resta en esta tierra conmigo?
Un viento a veces dulce, a veces más frio orada mi corazón, y mis vestales lo conocen y dependiendo de su forma lo permiten entrar sin restricciones al tálamo, acercarse al hogar u otras lo controlan y su acercamiento es vigilado por ellas. Caro ben mio, hay tantas cosas que quisiera dijeras, pero no puedo pedirte que hables, por eso atesoro las palabras que dices.
Aun cuando la memoria me falle, aun cuando el corazón se destemple. El agua calma toma tu aliento, contruye con ello castillos que te muestra cuando vuelves, en esos breves instantes (aun cuando sean horas) en los que te tengo conmigo. Sigo dentro de mi armando leños que serán sagrados, contruidos con mis manos y comprimidos con mis abrazos, construidos mientras les susurro lo que quisiera decirte.
Te abro mi hogar, donde enciendo diariamente una llama, con la que me enamoro todos los días de quien eres.
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