A ti te lo ordeno, te lo ordenan los cielos, regresa al infierno de donde saliste, ata tu vípera lengua y que te cause la sed que provocan tus insultos, a ti demonio, a ti te ordeno alejarte de mis recintos, de mi cabeza, de mi vida, de todo lo que está cerca de mí.
El tiempo y la vida me darán la absolución, al Dios justo le encomiendo mi alma, porque he pecado mucho, pero eh luchado cada día por mejorar y amar aún más. Así que ya me escuchaste, vuelve a tu mundo de dolor al cual este ser no pertenece.
Del lodo surgió el cisne, del lodo en el cual nado y en el cual perdió la blancura virginal de sus alas, en la cual perdió su alma, inocencia, pureza y candidez. Ahora su blancura es el fruto de pasar por el fuego, de purificar su alma, ha pagado sus pecados con sangre, con soledad, con lágrimas, tú no eres el juez. No levantes el dedo contra mi tu que te levantaste contra el altísimo, ni tú hermano humano que también tropiezas, tú amigo mío que también erras, tú ser viviente se mi compañia y amigo no mi verdugo… porque no debe lastimarme ni la luz de la luna ni los rayos del sol, les pido su indulgencia a esta alma cansada y arrepentida, no debo ocultar mi rostro de la luz, aun cuando mi condición matérica me haga quedarme ciego ante el brillo de ello.
Pie Jesu domine… a ti vuelve mi ser débil, no puedo borrar lo que hice, no puedo cambiar las consecuencias que me trajo, pero no debo dejar que torturarme con ellas y aprender de lo que paso. Los recuerdos siempre estarán ahí, debo aprender de ellos, pero no permitir que me lastimen. Pie Jesu… dona eis requiem, requiem sempiterna.
Solo pido fuerza para soportar el pago que debo dar a mis acciones, la integridad para mostrar la cara y la seguridad y confianza de saber que el cisne perdió su plumaje primario, pero ahora es Carmín, ahora es un ser diferente…. Bueno o malo sea eso, simplemente así es.
No sé si saltarías al infierno para rescatar mi alma, creo que es pedirle mucho a alguien. Pero sé que si me amas podrás y querrás volar a lado de mí, y te enseñare los cielos que surque mientras huia de las profundidades, te enseñare el manantial donde lave mis heridas y que ahora brilla como diamantes, te mostrare donde me incendiaba y en donde le guardo un mausoleo a mis recuerdos.
Y a ustedes demonios, de mi cabeza y externos, a ustedes les conjuro, a ustedes espíritus del aire, demonio del medio día, a ustedes les ordeno que se alejen del templo de mi cabeza, a ustedes que renegaron la luz y el amor, y que por eso no entienden de lo que es el perdón y el arrepentimiento, a ustedes los conjuro en nombre de quien no puedo pronunciar su nombre que se alejen de mi cabeza…
Pie Jesu Domine
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