Tuve que esperar tanto, lo ansié tanto, y cuando finalmente paso se me rompió el alma, no obstante ahora puedo decir "bueno, la verdad no estuvo tan bueno"
Nunca pensé que me sentiría tan liberado de poder darme cuenta que me enamore de un fantasma construido por mí. Que en realidad ni siquiera sé si pueda llamarte amigo, mi buen compañero. No das nada, no pides, no compartes, no das... solo te dejas querer y compartir espacio, y finalmente te digo, te extraño... pues sí, algo, pero no te necesito conmigo.
Lo curioso es que fuiste tú mismo quien quiso matar el fantasma y ahora te veo frente a frente y te digo "permiso, pasare"
Hay diferencias entre nosotros.
Tú sueñas el cielo, yo puedo volar.
Tú posas, yo soy una diva.
Tú finges, yo soy un divo.
Tú te alcoholizas, yo bebo.
Tú te mueves, yo bailo.
Tú coqueteas, yo seduzco.
Tú te finges el casto, yo no me arrepiento que me crean cortesana.
Te finges el liberal, y yo sé que aun con todo lo ocurrido sigo siendo muy puro.
Tú eres alguien agradable, yo soy alguien de quien un artista podría enamorarse.
Tuvo que pasar más de una década y un beso mal dado para finalmente darme cuenta que no te quiero más allá de ser un buen compañero, porque el título de amigo tampoco lo tienes muy bien ganado.
Y me siento tan libre de sacar las telarañas de mi pecho y ponerme a bailar, no soy una viuda que celebra la muerte del difunto, soy una novia encerrada que por fin sale al mundo.
Adiós mi buen compañero
martes, 12 de abril de 2011
Compañero
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario