domingo, 8 de julio de 2012
Hazme olvidar.
Alguien a quien solía conocer, un extraño ahora, un lejano viento, cuyo recuerdo de pronto me acaricia y otras me atormenta. Kalos y Pyro lo tienen al margen el tiempo preciso de que el Cisne cante y con sus suaves notas cure las heridas.
Todo termino.... pero no tenías derecho de tratarme y lanzarme a la noche cómo lo hiciste, no te guardo rencor, no espero tu contricción o algo, pero quería que supieras lo mucho que dolío. Ya se ha ido aquel que yo conocí. Aún con mi piel plena de cicatrices, moretones y llagas me recuerda el doloroso tránsito, no te negaría un abrazo. Pero si es que lloro no trates de saber la razón, probablemente ni yo la sepa.
Y me encuentro atado como una mitológica Andrómeda, sujeto por cadenas que de pronto parezco forjar yo. (Será acaso que por miedo a volar y recibir un disparo, o a seguir y que entonces algo vuelva y no me encuentre, el miedo a caer de tan alto ahora... no sé). Alguien que solía conocer tan presente y lejano en mi vida, ¿cómo estas? pero una parte de mi me grita que me odias, que no quieres saber de mi, mucho menos oirme o verme. Que todo ya muerto y en osario debe reposar.
Y otra voz pequeña cual mortal sirena, me canta otra canción bien distinta. Que fue un sacrificio de amor, que fue por mi bien y en sacrificio para su corazón, que aún me piensa y se duele de ser así, que sólo debo aguardar y todo volcará nuevamente. Idea que incendía y congela mi corazón. ¿Qué hacer sí es verdad y me hacen elegir entre mis amores?... Hado, esta vez apiadate de mí.
Si pienso en futuro el corazón se espanta, si pienso en pasado el corazón llora, así que en el presente procuro no pensar y disfrutar la calma, armonía, paz y equilibrio que parecen llegar y cobrar forma y materia en mi vida. Pyro, bésame otra vez, necesito escucharte ... me regalarías otro "te quiero"... eres generoso y los prodigas, me haces sentir una obra de arte con vida. Un tesoro invaluable, busca mis labios, hacerme reir, comprende y atienda. Me quiere y lo quiero... pero ni todo el amor. (¡Apiadénse alguien de mi y permitanme quitarle el candado a mi amor, poder darlo y entregarlo a borbotones como el corazón desea!)
Solo eres alguien que solía conocer, de quien no tengo noticias, ni nada, muerto y sin sentidos al referirme a eso. No tengo nada, ya no te conozco, no debo amar y esperar un recuerdo, una ilusión (¿una proyección?) sólo te conocía, pero te desconocí en tu dolo, ya eres un extraño... y con ellos no debo de hablar.
Dios mio apiadate de mi y permíteme ser feliz y vivir tranquilo, y si es por tu gracia, Hazme olvidar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario