viernes, 11 de noviembre de 2011

El nombre de tu ausencia



Darle nombre a la ausencia la volvio real. Y aunque integro no dejo de sentir una angustiosa falta en el pecho. Zozobro estando de pie, integro es cuando siento que los ojos quisieran llorar. Mio Dio, me has dado tanta fuerza que siento que habría caido en los abismos de la despesperación, rencor y tristeza; no obstante estoy integro, sin odio ni rencor y avanzando.

Darle nombre a la ausencia hizo que cayera por fin en cuenta en que preferiste otro amor al mio, otros brazos a los mios, tus fantasmas y demonios te alejan de mi, y no puedo intervenir... debo amarte sin amarte, extrañarte sin requerirte, dejarte ir pero retener tu recuerdo inmaculado en mi mente, abrazarte sin tocarte, quererte pero no extrañarte, extrañarte pero no buscar tu compañia, pensar en tí pero no buscarte.

¿Dondé esta tu pecho ahora, tus brazos, tus labios, tu aliento, tus palabras, tu presencia, tu recuerdo? no te desvanezcas en la nada, al menos dime algo, al menos dime adios.. al menos dame la ultima muestra del cariño que me tienes o mejor aun, quedate conmigo.

Puedo pelear con fantasmas y demonios, pero tu parece que cada que lo haes vuelves a esconderte en la oscuridad, rechazas la luz de mi corazón, sólo guardo distancia para poder ayudarte, quererte, estar integro para cuando me necesites, pero ten por seguro que te llevo en mi corazón y oraciones.

Esta noche lloraré de rodillas, porque no puedo sostenerme, no fingiré ser lo que no soy, soy fuerte, pero esta vez necesito llorar. Al fuego divino le pido que queme mis penas, le prendo fuego a mis dudas, dolores, miedos, traumas, rencores y similares... todo sea quemado para que pueda renacer, en ese hermano fuego tan calido y suave, tan dulce y amable. Agua, limpia mis llanto, tierra riegate con mis lagrimas para que de ellas se de fruto, viento llevale mis suspiros y oraciones para hacerlo fuerte.

Fuego, agua, tierra, viento... bailen con el cisne, Silfides, salamandras, gnomos y nereidas, dancen al son de mi voz, ángeles del cielo, ayudenme a transmutar, a crecer, a aprender a amar, a llevarle más almas a mi Señor, a nunca cansarme, a sacar fuerza de mi naturaleza, abramos los hornos de mi pecho, las presas de mi alma, huracanes y terremotos de mi corazón infimo, el tesoro que le ofrendo a mi Dios cada noche, el escudo que les pongo a ustedes ante "el mentiroso".

Todo cambia y todo permanece en ese cambio... creceré y sere más fuerte que ayer, más fuerte al reconocer y amar mis limitaciones, mi finitud y al no buscar placer, poder ni conocimiento del que naturalmente se me de. Lo normal en mi es ser fluido, ardiente, firme y volatil, agua, fuego, tierra y viento... cantemos juntos las glorias de mi Señor, en el miedo o desesperación busquemos a la Estrella del Mar. Ave Mari Stella

Encadeno mi alma y corazón al sagrario, deposito mis oraciones en las aras de Dios, no te abandonaré y aún distane pediré por ti, a quien temes le teme a la oración... No tengas miedo y baila con el cisne, confía en mi, para que confíes e Él..., la luna mariana suavizara la luz y fulgor para que puedas acercarte, no tengas miedo que yo no temeré.

Darle nombre a tu ausencia fue hacerla real, Caro dio que nunca me canse, ni en los momentos turbulentos, siempre con amor en la mano, y abriendo las alas del cisne que ahora arden, pero que pronto volverán a volar.

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