miércoles, 7 de abril de 2010

Adelante corazón




Vuela suspiro y atraviesa los cielos, llega hasta los coros angélicos y que mientras alaban al Eterno unan su voz tambien a mi canto.

Que doloroso es tener un cuerpo con vivencias de cortesana, y anhelos de novia... que dificil es vivir con esa esperanza en un ambiente desolador.

¿Cómo puede mantener la ilusion de un beso alguien que ha prodigado sus labios? ¿cómo hacer ahora por amor lo que ha hecho por placer, como creer sinceras de pronto las palabras que ya escucho de manera mécanica y con fines de un encandilamiento fugaz para obtener los vinos que se destilan de su joven boca?

Porque sigues cuerpo y alma mia yendo a los pantanos y cienegas en busca de flores dentro de la tierra, porque no he conseguido arrancar de tí ese necesitar de quien simplemente te vea y no huya. Sabemos que no es la solución ocultarnos, negarlos o traicionarnos, pero al aceptar eso tambien adquirimos la conciencia de que ya nada sería igual. Tu belleza no es la de la Venus de Samotracia, tus cabilaciones las de filosofo griego, tu lengua no es la de la Cleopatra ni seduce como la de Dalila, pero de tus manos y ojos fluye lo que construyes en ti, son los rios que desenbocan en un mundo arido queriendo inundarlo, tus promesas de amor no son las de Abelardo a Eloisa pero son tan sinceras como que pones tu palabra en ellas.

No vagues por el fango buscando respuestas que solo hayaras en tus ojos, no te duelas de que el ciego no vea la calidez de tu piel y solo su apiñonado color, no te hiera que la hoguera de tu pecho no atraiga hacia ella como un hogar, no le pidas amor a quien no sabe arder en las llamas. No culpes a la gente por no poder entenderte y entiendelos tu.

Recoge conmigo los diamantes de tu llanto, los granates y rubies de tu sangre, las esmeraldas de tus suspiros, el peridoto y topacios de tu sudor... la lava ardiente de tu amor. Y una vez reunidos todos tus tesoros, regresalos al ajuar, y espera cantando con tu dulce mariposa.

Muero y nazco con cada suspiro, pero seguire elevando mi suspiro a los cielos para llenar de espliego su ambiente, con el ébano de mis hojos tapizar la cúpula del cielo.. y para no morir por contener lo que hay dentro de mi.

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