domingo, 18 de agosto de 2013

Una vida sin La Callas

María Callas - Il Trovatore, México, 1950, Live  "D'amor sull'ali rosee"



Me vino ese pensamiento de pronto, y heme aquí respondiéndome que sería de mi vida sin la Callas. María, La Divina... mi compañera, modelo, inspiración, ejemplo y advertencia. Me acompaña ya hace tanto, descubierta por adentrarme en otros géneros musicales, no me gusto al principio... ahora su voz me acompaña. Quiza a veces por temporadas más altas, a veces menos... pero siempre regreso a ella. Cuando quiero escuchar esa sinceridad y tragedia propias de mi persona, pero que en su voz cobran cuerpo y sangre y puedo sacarlas y vivirlas.

Una vida sin Callas, yo no la veo ya,... le tengo un especial cariño, aunque cada que pienso en ella siento un dejo de nostalgía, quisiera haberle podido decir "te quiero mucho y gracias por todo"... imagino que ella quería escuchar algo así. Un amor roto y esperanzas perdidas, una voz que ya no era lo que solía ser, ya solo un fantasma ansiando el pasado y esperando a resguardo si su sueño de felicidaad podría aún ser posible.... la mujer tras del mito no obestante me parece aún más encantadora, fuerte, decidida, diciplinada, inteligente, una dama en toda la palabra. Con esos enormes y penetrantes ojos.

Debio ser entre los 15 y los 16 años cuando la conocí. Ella había muerto ya mucho antes de que yo naciera. Y cuando lo pienso, le lloro. La extraño a veces mucho, como a una amiga, como a una persona que quiza pudiera comprender mi manera de sentir, pero que en su voz, alcanzaba cotas de una experiencia estética sublime y grande. Una catarsís de grandes dimensiones, creo que la esencia de toda la tragedía condensada en una voz quiza no del todo grata, pero jamás carente de emociones.

Tantas veces canté con ella, no con la voz quiza... pero acompañando cada nota y sentimiento con un latido de mi corazón en la misma frecuencia. Enloquecí con ella en Lucía, fui cándido, frágil, añorante y traicionado con Violeta, espere anhelante junto a Cio Cio San. Como Sacerdotisa y vestal condenada a muerte,  odiada y repudiada como Medea; pero también, dulce como Mimí, Angelical como Andrea, risueña como Rosina, amante que desborda pasiones en Leonora de Il Trovatore... me presto su voz... y yo la tuve viva conmigo, cántandome al oido, sintiendo, y de alguna manera mostrandome a alguien más que al igual que yo... daba todo hasta morir en cada paso del escenario.

Porqué el escenario es un templo y quien no lo pisa con respeto, no merece pisarlo. Pasión descontrolada su voz... unido a su propia historia, a su infancia, a su vida que tanto me evoca y me hace sentir que nos entenderíamos tanto... María, quisiera que supieras cuando llegarías a significar para este pobre muchacho, que gracias a tí ha vivido tanto, de lo bueno y de lo ingrato del sentir cuando se canta con el corazón.

Una vida sin Callas no la imagino, ni la quiero.... pues cuando la escucho me digo "Yo te siento... y te entiendo, y sé que tú a mí".... A la Divina, en Perpetuo Canto de Cisne... Gracias por todo María. Te quiero.

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