Camille Saint-Säens - El cisne
De pronto tengo nuevamente la enorme necesidad de escribir. De pronto, al querer ir a dormirme temprano y por querer recordar el primer aspecto recordado de mi sexualidad comencé a destapar las capas de la cebolla, y de igual manera comencé a llorar.
Casualmente horas atras picando cebolla, como en "Como Agua para Chocolate" empezando a picarla no pude contener el deseo de llorar, y ahroa de pronto mi mente al empezar por un recuerdo fue reconstruyendo poco a poco, buscando en resquicios y huellas el pasado de más de dos décadas de vida que me acompañan. Algunos recuerdos vinierón más pronto que otros... otros más fácilmente, pero al final, ahora, queriendo descansar o regresar a lo que solia hacer, me encuentro escribiendo con el deseo enorme de decir que siento que he despertado.
La sensación de vaguedad y vacuidad que de pronto tenía dentro de mi paz se esfuma, más no la calma, aunque me siento como despertando de un sueño, donde después de la calma del estado de vela y amor con Morfeo regresas a un mundo terrenal, tangible, despertar de un sueño donde no obstante aún vivo lo que tenía en el sueño. Me siento extraño, pero cómo digo, es como un despertar.
Adonaí me preserve de que lo que me regalo los meses previos siga conmigo aun ahora, donde no sólo me siento despierto, sino con más y renovadas ganas de hacer las cosas. ¿Por qué? porqué al recordar volví a ver todo lo aprendido, lo vivido, lo que me impulso, mis deseos y anhelos, mis triunfos y fracasos. De igual modo vi lo que hacía y en lo que me ocupaba, recorde sensaciones, placentaras o no... volvi a vivirlas. Ahora sintiendo mi vida entera a flor de piel me siento arder... despierto en llamas.
Llamas que espero volcar en mi trabajo, esperando que este fuego que consume y me vuelve a la vida, me regresa el calor, el sentimiento de vivir de niño, adolecente, joven... todo eso vuelve a mis sentidos, puedo recordar las sensaciones, olores, sabores, colores... mi vida entera paso ante mis ojos y la veo como una función de teatro donde el protagonista me mueve tantos sentimientos, ahora sólo lo abrazo y le digo "bien, ahora que viste que haz aprendido y vivido y lo comprendes, tenemos que seguir"... Dios bendiga a todos los que me he topado en mi camino, particularmente a quienes me han hecho crecer de manera más notoria, como en poda ruda de época invernal.
Ahora recuerdo la música que escuché, que bailé, los sentimientos en los que me ahogue y sentí, las palabras dichas, lo oculto, mis sentires y pesares. Mi mente en que se ocupaba, el cuerpo que es lo que hacía, cuando me entregué a la música, a la danza, a la pintura, la historia, la lingüistica, la mitología, la psicología y la teología, cuando mi centro fue el estudio del cristianismo, cuando se fuerón abriendo caminos, la ictiología, el acuarismo, la floricultura, los jardines acuáticos, la ilustración, la cocina, la poesía, Sor Juana, María Callas, Pavlova, El Greco, La Garbo... La Doña, Van Gogh, Coco Chanel, Edith Piaf, tantos Santos y Santas, bodhisattva, credos, religiones, la lengua, el idioma, los cuentos y novelas, las óperas y canciones, películas y obras de teatro, comidas y salidas, lo que escribí, canté, compuse, redacte, lo pintado y bocetado, los estudios y descuidos, compañias y recuerdos.... Todo regresa a mí.
Y me siento más vivo que nunca, sintiendo ahora que tras 26 años de vida... tengo una buena y rica cosecha. Pues la vid de mi persona, destila uvas que Baco desearía.
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