martes, 7 de mayo de 2013

Aún se mueve


Thais Meditatión - Maxim Vengerov

Y sin embargo se mueve... así se titula un viejo blog al que hago referencia, en donde pesé a la aparente calma seguía en proceso, igual que hoy.

En paz puedo decir, tranquilo, pero eso no significa que no duela, que no sienta, que no viva lo que me acontece. Duele, lo medito, lo analizo y después de darle gusto a la mente y al corazón pensando y sintiendo, de ser razonable y pasional, lo dejo en manos de Dios.

No es que no sufra y no llore, pero en esos momentos me abrazo al calvario. El sufrimiento es una elección, el dolor no. Sin embargo hay veces en las que no se puede hacer nada, al menos aparentemente, pero quiza el quedarse quieto y dejar que las cosas caigan y se acomoden es lo más dificil a intentar algo. Sobre todo cuando se siente que hay algo que aún se puede arreglar.

Lloré, de pronto aún una lágrima asoma, pero volteo al sol, aún oculto ahí sigue. La luz no abandona a las tinieblas, a veces sólo es una pruea para comprobar que aún hay esperanza de un día después.

Me duele el comportamiento de mi ex novio, me duele a veces las palabras y acciones de mis amigos, me desespera de pronto el comodismo de algunos maestros, me causa muchas cosas el sentir que mi proyecto es interesante y a la par nadie apoya para realizarlo. Dicen que me complico, yo digo que se van por lo más obvio para un diseñador.

De pronto me embargan sentimientos de tristeza, de culpa, de dolor, de añoranza... pero los hago retroceder, son apegos a las cosas, apegos hasta al deseo de sentir lo que debería ser pasionalmente, pero las personas a veces se olvidan que uno es quien debe regis a sus emociones, no al revez, y de eso yo mismo pequé tanto, a veces aún pasa, pero sigo aprendiendo.

Aún ante las espinas, uno debe seguir avanzando. Al final lo que crece es lo que uno alimento, y no pienso alimentar ni el rencor, ni el odio, ni el dolor, ni el resentimiento o deseo de venganza. A pesar de todo los quiero tanto, inclusive a quienes con dolo y saña en determinados momentos buscarón hacerme sentir mal. Los quiero pesé a sus actitudes, los quiero quiza no porque lo merezcan, sino porque yo no me merezco odiar a nadie.

Todo se mueve, todo avanza, y sigo un camino que trazé y me ha traido sinsabores y también muchas alegrías, amigos nuevos, maestros nuevos y un enfoque diferente de las cosas. Lamento las molestias y cosas que ello puede ocasionar, pero, sé que siempre he actuado considerando a los demás y nunca fue mi intención causar molestia o daño con lo que hago, expreso, pienso y digo.

No es que sea insensible... es solo que a veces es mejor guardar silencio y escuchar.

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