Describir un sentimiento no es algo de lo que a mi parecer nadie puede vanagloriarse, ya que las palabras en su efimera realidad son incapaces de capturar la escencia misma de una emocion latente y vivida. Se supondria que una imagen es más cercana a captar eso y que habría forma de lograr hacerlo.
No obstante, mi seguridad de horas antes respecto a mi concepción de mi idea se ven ahora encontradas con que siento que mi concepcion no puede hacerle ni la mas remota justicia a lo que quisiera plasmar, me siento torpe, incapaz, inútil... no porque lo sea, pero ¿de que color son las lagrimas?
Si bien la respuesta inmediata es incolora, es de analizarse que cada una viene teñida del motivo por el cual surgió. Y ahora solo pienso que esta noche no dormire, porque una historia como esa, merece ser representada lo mejor que mis capacidades me lo permitan. Nunca antes el sonido de un piano me habia hecho llorar, pero ahora más alla del sonido de las teclas, es la imagen de sus vibrantes ojos lo que me hace tambalear.
¿La inmensidad del mundo se compara a la del oceano? cada una es diferente y particular, es verdad que ante la contemplación del mar, alguien con el menor rastro de sensibilidad se percata de su pequeñez ante esa enorme masa de color azul, esa imagen sublime en donde la mirada se pierde y que puede a lo largo del dia teñirse de multitud de colores y matices, pero viendo hacia adentro y en el ambito donde vivimos, la realidad es que ante la inmensidad de la naturaleza, de la ciudad, de la población, del país, y asi siguiendo hasta el universo mismo, o el probable multiverso uno se da cuenta de la pequeñez de su persona, de sus ideas, de sus sentires comparados con el todo. Siendo asi que ¿cómo puede representar una emocion?
No lo se, puede que nunca lo sepa, asi que mientras decido como empezar a trabajar, dejare que el corazón se hinche y las lágrimas broten, porque mejor regalo a una emoción, es compartirla.
Para ti, musica, y para ese pianista del oceano, 1900
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