lunes, 21 de diciembre de 2015

Flor del Desierto

Enya - So I Could Find My Way

Sólo quiero ser una flor del desierto...

Mio caro Dio... no soy nada más allá de una pequeña persona en este enorme mundo, me equivoco, me caigo, hago cosas mal o digo lo que no debo. No actuo como debería y conociendote no hago lo que me acercaría más a ti. No creas de pronto que es falta de amor o confiar en tu cariño, pero me siento como alguien lleno de lodo queriendo entrar a donde acadas de limpiar y se siente mal de buscarte.

No tengo la pureza de las virgenes, la sabiduria de los doctores ni el ardor de los martires, no soy listo ni se que decir pues no he estudiado tanto, lo que conozco debe ser una parte minima de la verdad de la realidad y puede que este equivocado, no soy fuerte, ni grande, solo soy yo... Te han amado a lo largo de los siglos, apostoles, confesores, patriarcas, virgenes, martires, profetas, ascetas, tantos santos.. Mi Dulce Dios, yo no soy uno de ellos y lo sé. No soy una rosa o azucena cultivada en terreno sagrado, no soy una flor mágica que destile su perfume de santidad cerca de ti, no soy una de esas flores que destacan en un jardín, no fui desde mi infancia nutrido en tu gracia (aunque si educado), me he equivocado y he pecado, he rehusado cosas por conocer al mundo y a las personas, y pese a todo, esta yerba mala te voltea a ver y quiere quererte tanto, pero no se como.

Mi Dulce jardinero, no soy eso, soy una flor que crece entre el lodo buscando el sol que eres Tú, soy como una flor de pantano que para crecer necesita el agua espesa y lodosa, soy como la flor del desierto que florece después de mucho esfuerzo y una vez de vez en cuando, déjame serte fiel y amarte en la humilidad de mi estado, así sea una mala hierba en el mundo, hasta a las malas hierbas les das lluvia y agua. Tú que me creaste ten misericordía de mi como diria Santa Thaïs.

Aún siendo tan hermoso como un serafin, palideceria ante tu mirada. Te brindo lo que tengo y te pido que me ayudes a hacerlo crecer, bien me enseñas Dios mio que es el pasto el que afianza la tierra, no las flores, que la flor se nutre de lo fuerte de sus raices, déjame ser entonces el pasto que se aferre a la tierra que viene de ti.

Es probable que en mi vida jamás sepa lo que es un extasis de santidad, así que déjame amarte cada que beba agua, cada que reciba el sol, cada que pise el suelo y lo sienta con las plantas de mis pies, cada que respire, que me mueva o baile, quiza no sepa lo que es amarte en un santuario, convento o seminario, pero déjame amarte al caminar por la calle, y ser como el pasto... para aunque sea sin flor pueda si me das permiso, entrar a tu jardin y estar en la eternindad juntos.

La humanidad busca un Eden sin ver su propio mundo, yo pienso Dios mio que no quitaste el Eden, solo nublaste la mirada para no ver lo que se tiene enfrente. Si es así, y no teniendo nada que ofrecerte pues no tengo nada, ¿qué se le puede dar a un Emperador?... pero al decirte esto me recuerdas que fuiste pobre coo yo, así que déjame compartirte como a los pobres, brindarte mi mesa, mi abrazo, agua y pan, consuelo y una cobija, compañia y alegría... darte mis regalos de pobre pues quisiste ser pobre como yo y quiza más allá de por humilidad, porque así es como se es verdaderamente feliz. No necesitando más allá de lo necesario y siendo feliz así aún buscando mejorar y crecer.

Déjame ser esa flor de desierto, un diente de león, pasto o yerba mala, quiza hermoso como Camelia pero sin aroma. Pues decidiste que esas plantas puedan curar cosas, que ayuden a las demás. que equilibren el ambiente, quiza no sea bello,  útil o listo en muchas cosas del mundo, pero tú sabes porque me plantaste aquí.

No quiero pretender lo que no soy... pero si quisiera que siendo lo que soy te hiciera feliz. No porque no seas pleno sin mi, sino porque te quiera yo tanto que quiera hacerte reir. No porque sea bueno y me sienta cerca de ti, sino porque reconozco que te necesito. Hasta los perritos se comen lo que cae de la mesa de los años, las plantas reciben el agua que alcanzan gustosas. Acuerdate de esta flor del desierto que tiene sed y se disculpa contigo por tener espinas, ser pequeña y no florecer.

Quiero amarte tanto Dios mio que pueda regalarte una sonrisa y hacerte sonreir... Así cuando me marchite podré irme en paz sabiendo que pase lo que pase y decidas lo que decidas, me regalaste sonreir por mi.  Las galaxias y universo te alaban y en ellos te regocijas, permitele a esta yerba del campo, a esta flor del desierto darte un motivo para sonreir.

Se que no soy... pero de arrepentidos esta lleno el cielo, hazme en mi estado poder servirte y aún cómo pasto, poder entrar al jardín del cielo Contigo y Mamá.


domingo, 13 de diciembre de 2015

Devenires I

Maxim Vengerov - Meditación de Thaïs

Una vez vivi un sueño... y fui feliz.  Supe la dicha de escuchar gritar mi nombre fuera de mi ventana para que saliera a su encuentro; supe igualmente lo que era el estar junto a alguien querido, el ser cobijado al dormir, consolado mientras se llora, abrazado, protegido y cuidado. Me cargo cuando no podia caminar, me ayudo con dolencias y tristezas, apoyo en batallas, en procesos, me hizo sonreir y reir tanto.... yo tuve un sueño hecho realidad.

Por diversas causas lo acontecido no fue registrado en su momento, pero ahora al recordar para intentar dejar ir, las memorias se arremolinan para en un frenesí macabro dar forma a un ente que me abraza y me recuerda lo que ya no esta.

Y te lloro al extrañarte, al senrite perdido, al recordar tu "ya no eres bienvenido" y el mortal "no me volverás a ver nunca". Y el corazón se hace chiquito y llora como un niño desconsolado, mientras mi mente lo consuela diciendo "tranquilo, todo pasará, ten fe, confía y se un Cisne" y así, lloroso y sangrante el corazón se duerme en una tristeza en la tranquilidad, en donde los latires del corazón se escuchan, el silencio te canta cosas y aún sintiendo ranquilidad y cierta paz, los ojos lloran y el espiritú y alma se estremecen al escuchar y sentir al corazón.

Te extraño tanto...

sábado, 5 de diciembre de 2015

Sin sentir sintiendo y sin quererlo te digo hasta pronto

 Adagietto de la Sinfonía nº5 de Gustav Mahler. Interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena, bajo la dirección de Leonard Bernstein.

Y se siente... ¿qué se siente cuando se trata de no sentir nada? al menos en este caso, se siente como un enorme incendio queriendo ser contenido en un frágil corazón que espera poder romperse y sacar los rios que brotan de si y manan por los ojos.. Se siente que no quiero sentir nada, que no quiero simplemente aceptar "se fue".... no puedo simplemente quedarme sin hacer nada mientras veo que mi corazón sangra y que el ser amado, ese fuego ya lejano ahora se apaga.

Y lloro pero no quiero llorar, pues temo volver a desplomarme en el suelo y llorar desconsolado, porque temo que al llorar selle la sentencia de que te fuiste, porque no quiero llorar pensando en que pudimos haber evitado esto, y ahora el frio del invierno me sofoca,

Y no tengo ni medio ni su permiso para dirigirle palabra, de mi cuenta es el no tener permiso de verle aún cuando se extrañe tanto. Y en lugar de llorar, las lágrimas y emociones se filtran al interior y construyen lentamente una catedral de roca salina, estalagmitas de sentires, estalactitas de llanto. Y en esa caverna interna el mar que no sale por los ojos forma un lago. Donde quisiera perderme y sólo sentir la calma del agua fria.

Más algo me desppierta y me grita "Cisne, ¿que haces dormido? tú camino aún no empieza" y sabiendoq ue sas palabras no se dirigieron a mi me regresan, no queriendo quejarme del destino más bien aceptar el paso de cosas, tratando de aprender, sin desarrollar miedo o rencor. Pese a todo, lo que más lamento es haberle herido... ¿cómo podrían ahora mis manos buscarle? el aire las recibe y recuerda a otro viento helado que se fue. Y las lágrimas brotan de todo el cuerpo.

No se sabe que es llorar hasta que lo haces inmovil, mirando fijamente, sin pensar, sólo dejándo que el llanto y el sentimiento inhunden cada poro del cuerpo. Y ese sentimiento de vibracion acuosa puede tomar dos formas, un lago frio donde dolerse de lo acaecido, o bien, en un geiser hirviente que quema a quien por él entra buscando cauterizar heridas y salir de la caverna. El precio de la libertad es aceptar quemarse en sus pasiones superandolas, no porque no duela, sino porque se es libre del dolor que atrapa.

Y en calma y desazon escribo, buscando un remanso de paz de este corazón, que no sabe que es, que se siente blando cual suspiro, duro como piedra, torpe como él sólo, y triste y desolado de saber que el silencio esta donde antes respondía su nombre al pronunciarlo.

Y lloro porque mis ojos me privan de verlo y la imagen se vuelve difusa, y porque mis oidos olvidan su voz, mi cuerpo su calor y mi corazón busca encerrar el fuego que le quema gritando "¡no te vayas!" no busco ni busquen razones en ello. Si tuviera razones sabria por donde atacarlo.

Solo siento como una estatua de sal bañada por las olas. Dejando que el tiempo erosione, que las fisuras se llenen de agua, que el sentir me embargue, pero no quiero de nuevo embargarme en ñel. Tengo miedo de sentir lo que no sé si este listo a dejar atras.

Este mar primigenio cobrara forma, y de él sacaré algo, mientras sólo siento los rayos, tormentas y huracanes de la atmosfera del corazón.

Y siento tanto... tratando de no sentir nada y seguir avanzando en este presente que es eterno.