La muerte del Cisne - Uliana Lopatkina
Mi vida es un canto de Cisne... apasionada, a veces dolorosa, intensa, melancólica, pero jamás desapasionada. Se regala lo mejor y lo último cuando no hay nada más que dar.
Aunque siempre hay tanto por dar, pecados de omisión. Se da y entre más se da (sabiendo las capacidades de cada uno y sus limitaciones) conociendo la forma, no hay cansancio y sí una fluidez que calienta el corazón.
¿Qué más hacer? sólo esperar y rezar por lo mejor. Mi fuego se fue, mi carnero emigro, o ya menos poético -pero quiza más sincero- mi amorcito se fue, mi totorote, mi cosito bonito, ese hombre maravilloso en el que me perdía en sus brazos y sentía que de pronto el mundo era un lugar en paz. Donde soñe tanto y fui tan feliz sintiendo y escuchando el latir de su corazón...
-Y de pronto salen las lágrimas contenidas todo el día-
Debo fluir, avanzar, adaptarme, pero lo extraño mucho... por lo mismo no puedo retenerlo a mi lado si eso le causa dolor, incomodidad, presión y molestía. No puedo pelear por algo que no quiere ser rescatado, al menos no de ambas partes, no puedo lanzar agua a als llamas porque el fuego me dice que debe arrasar para dar vida al nuevo ciclo, no puedo soplar sobre las aguas para mantenerlo seco, pero el viento me dice que no debo detener a las aves cuando quieren volar. Quisiera ser agua para ablandar la dura piedra, pero la tierra me dice que debo temblar y agitarme junto a ella. Quisiera ser sólo Juan y correr a decirle cuanto lo quiero y que regrese.... pero él quiere otras cosas, tiene otras prioridades, a veces siento que estorbo o sólo molesto... sólo quiero que sea feliz y no perderlo.
Quiza el ave vuelva al nido, y el cisne descanse su canto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario