De pronto entre las sombras tu risa viene,
me dice callando que ya no me quiere,
se va con mi llanto, que pronto emerge
no sé porqué duele, pero sigue doliendo.
Cambie yo mis rosas, cambie mis valses,
en funebres cantos, en dardos mortales
y con ellos alcé la mano contra tu recuerdo,
y teniendo presto al asesino acero,
la mano temblaba, te vi yo de nuevo...
y pesa a tu daño, herirte no quiero.
No sé porque duele, no sé porque siento
pesar en el alma, el corazón abierto.
Que sangra y cuagula, en triste prosenio,
que muestra el estado de aquel amor muerto,
No sé porque lloro, no sé lo que siento,
del viento cortante un último beso,
jamás yo lo obtuve, en cambio esta esto:
la espada clavada dentro de mi pecho.
Que ya no me quieres, me duele saberlo,
que yo aún te quiero: amigo viajero,
que lejos te fuiste, villano transformado,
que al recuerdo vienes sólo para dacir que ya no me quieres.
*Este poema fue creado hace dias, pero no quise dejar de compartirlo y dejar registro de él. Aunque en sí ahora me siento muy bien y fue más para sacar las cosas de dentro.
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