jueves, 8 de noviembre de 2012

Terciopelo



Como tercipelo corren las palabras... escurren suaves, densas y cálidas a mi tacto, no hay poesía en mi corazón, no salen las rimas... quiza porqué ahora es tan dulce el andar de la vida, que el día a día es una estrofa más de mi vida.

Si pudiera, Dios mío, elegir quien escribe la prosa, te pido a Sor Juana, (quien de haberme conocido hubiera ingorado a Gongora :p) con su suave rima, con su agíl pluma, que traduce mis sentires, en sonetos con encantos, con mágia urdida en su celda, poesía barroca y pura.

Suave, atercipelada y grossa,
mis palabras como la bruma,
tan pronta llega se esfuma,
pero no olvidas su pálida capa.

Mi corazón late a destiempo,
con irregular compás, pero a paso cierto,
haciendo, día a día, momento a momento,
la dulce canción con que el alma avanza.

Amor en mi vida, en corazón calma, (de pronto tormentas, sismos y maremotos) suave como la miel el poder decir "te quiero", agridulce y extraño el recuerdo lejano, de quienes ya no estan, de quienes partierón de mi vida, de aquellos que espere ver después y de quienes ya no tienen retorno. Vivo y siento, y tantos (incluido yo) me dicen que me aferro al dolor, que debo dejar ir... pero peca mi orgullo, mi deseo de cuidarlos, de ayudar en algo y tenerlos nuevamente cerca para aquel hermoso cuento tejido por mis arañas, de tener ese bello final. Mea culpa.

Acuosa mi alma, recorre mis dedos,
con ella me baño, tejo mis cabellos,
de sacerdotisa loca que conjuro al cielo,

Amor si me escuchas, en la noche oscura
toma mis cabellos, cual fuerte cadena
mi alma a la tuya comparta condena
mi amor sea visto, en cuan larga es la espera,
y que como ellos quede pronta... esta cabellera.

La muerte mi hermana, a bailar me lleva,
la vida comparte con ella mi diestra,
continua el vals, de sombra siniestra
de estar Vivo y decidir, lo que el día lleva.

No miro la rima, el verso, la métrica, solo saco lo que siente este corazón, vivo y aguzado
lo que saca aún mi alma, el a veces destrozado cadaver de lo que algun día ocurrío, de palabra, de obra, pensamiento y omisión...

Al final... creo que solo escribi porque recorde que alguna vez dijerón que mi poesía era oscura y aterciopelada, o.... quiza no.

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