¿Por qué no puedo simplemente encender fuego y destruir?
Quisiera no doliera, pero es necesario destruir los castillos de cristal construidos, labrados a mano con suspiros, pulidos con mi aliento y avivados por el calor de mi pecho.
Realmente debo reconocer que tu no has hecho nada ni eres en todo culpable; yo fui quien decidio lanzarse a un precipicio sabiendo que tu no me atraparias, ingenuo esperre que al ver al cisne planeando su danza te seduciria y te unirias a mi frenetico baile; aun cuando la razon me decia que no sería asi.
¿Como llorarle a la tragedia que uno mismo invito a su mesa? Solo me queda atenderla en este convite y beber el vino amargo que destila de sus ojos.
"Adios bellos sueños de mi pasado, marchitos ahora estan (...) de la extraviada apiadate Dios mio" canto como en La Traviata, la realidad se me presenta de frente sin consideraciones a las laceraciones que causa y que debo recibir de pecho firme y abierto.
Debo ser yo quien arranque los rosales plantados, para que mi sangre sea recogida por el fertil suelo que espero algun dia vuelva a ser fertil, quemar petalo a petalo, destrozar la corola azul de mis rosas.... matar este amor.
Calla corazón, no digas nada. Tu y yo lo hemos querido asi, rehusando a protegernos (por temor a despues no sentir) rechazamos la creación de una armadura para nosotros, un cangrejo sin caparazón que se lanza a pelear contra Hércules, cierto es que avanzamos, pero ya no se si creer que realmente crecemos o solo nos hacemos más resistentes.
Debo cambiar el vals que compuse por un requiem, tornar la suaves melodias en una marcha funebre y marchar estoico a la fosa. Regresar a la tierra las gemas creadas, regarla con nuestro llanto. De mariposas negras se llena el pasillo al ir decendiendo, el cisne solo solloza... y yo me entrono en la lápida ardiente que espero purifique mi sentir.
No puedo llorar aunque lo intento, las escasas lagrimas que emanan son fugitivas. No puedo bailar ni bailar, solo avanzar destruyendo a mi paso el Eden que construi para ambos, pero que sabia que solo yo moraria.
Poseso en parte por el espiritu que hizo arder Troya, Persepolis y Alejandria... nada debe quedar. Ahora solo deseo que las llamas no sean de odio, enojo y desprecio, sino que pueda volveras de fuego reparador por todas mis culpas.
No teman por mi, ni le lloren al desolado caminante. No pido compañia porque para nadie es justo (aunque quisiera alguien fuera quitando las espinas que el agreste suelo clava en mis pies)
Fui feliz, y amé... es lo que importa, si dejara de hacer las cosas por miedo a su final no haria muchas cosas.
Solo debo avanzar, y dejar llano el templo que ideé, derruir las torres, secar los rios... volver ceniza las plantas y seres que habitaron ahi. Y al terminar esto colocar una estatua mia de piedra al centro como recordatorio...
Solo pido nunca dejar de amar, y elevo al cielo una oración por ti para que seas feliz.
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