Y de pronto, mi cabeza, se rompe en pedazos,
el cuerpo no responde a mis ordenes,
me veo en el suelo, inmundo y deforme,
recordando cuando fui una Diva.
Tan bella y eterea, languida, serena,
tan dulce cual soplo de luna,
cuando fui nadie, cuando fui alguna...
cuando siquiera mi nombre yo recordaba.
No tengo memoria, no tengo conciencia,
no tengo ya fuerza, quiza continencia
y como titere roto, re-coso mis lazos
Tan fieros cabellos, sueños tan humanos
de morir bella, eterna y enorme
y no una masa deforme que no se reconoce frente del espejo.
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