Indila - Love Story
11-2014
Y una voz que me dice "recuerdame, no me olvides"... esta voz con la que escribo ahora.
No es la del Juan José maduro, sereno y sobrio que más frecuentemente siento y aparece, no es el divo, el artista, diseñador o cualesquiera de mis profesiones y haceres. No es el maestro ni es el alumno, es esta voz si se quiere del niño que sigue dentro analizando y no reconociendose en el espejo... el que no crece, el que sueña y siente como un volcán... es el que me dice "no me olvides".
11-2015
El que se ve en el espejo y me grita "no olvides quien eres", no caigas en la mentira de crecer, no olvides lo que soñaste, no dejes de bailar, no dejes de gozar mecerte con el viento, no te ciegues "aprendiendo a ver" no eduques tu ojo, educa el corazón.
Una voz que lleva tanto gritandome que no olvide lo que no sé que soy. Aunque se que por ser como soy tantas cosas no funcionan como quisiera.
decidi seguir con el corazón pachoncito antes que endurecerlo para no sufrir, porque un corazón blando es más capaz de tener misericordia. Acepté que mis dedos no cicatrizaran para poder escribir con sangre cuanto puedo amar. Mis pies siguen siendo los torpes pero gráciles pasos de quien apenas aprende a bailar. Mis trazos no son los de quien se puso a pintar como debería y a practicar lo necesario, son los del de pronto ciego que se maravilla por como brillan las nubes y las hojas al sol. No soy quien canta las escalas y octavas que no conoce sino que canta lo que necesita para calmar su corazón.
Tengo casi 30 años, 28 años... tanto vivido y sentido, me preugnto si las demás cabezas huamans son parecidas porque no quiero leerlas tanto como debería, no escribo todo lo que pienso, ni hilo lo que podría, simplemente me cansé y quise tomar un descanso y ahora que me levanto de pronto no sé donde empezar, donde retomar, a quien acudir o que hacer... pero cada que quiero decidir vuelvo a sentir ese "no me olvides" no te olvides de quien eres, de quien soy y lo que decidi...
Y quise ser un niño grandote para no dejar de jugar... Aunque el mundo me llame torpe e inutil por no madurar como ellos.
Aprendi a besar como casanova con la pureza de una vestal.
A jugar en la lluvia como un niño y bailar como bailarina.
A amebarrarme de pintura jugando con el color y sentirme maestro veneciano.
A cantar y entender...
Soy tanto sin ser nada, siempre a medio camino de todo, siempre al inicio... tan maestro de tanto y alumno de poco. El que no hace nada bien por hacer un poco de todo. pero eso me hace ser el Olmo que de pronto regala peras.
No olvidare quien soy aunque el corazón estalle. Ni dejes Dios mio que se me olvide quien soy aún cuando yo de pronto no lo sepa bien.
"No te olvides de mi" ni dejes de gritarme pequeña voz. Si te callo grita mas fuerte, sino escucho pellizca y grita, si aún así no entiendo métete en mis ojos y muestrame lo que debo ver... para sin olvidarme crecer.
Y cuando rebase la centena de años seguir bailando como una quinceañera en un vals.